domingo, 18 de marzo de 2012

Los faroles de la Pasión: Los Siete Dolores

Primer Dolor de la Cofradía del Prendimiento
Los Siete Dolores de Nuestra Señora recuerdan los principales dolores que la Virgen María sufrió en su vida terrenal, culminando con la pasión, muerte y sepultura de Su Divino Hijo. El Dolor de la Virgen se presenta de forma dramática en estas predicaciones convirtiendo a la Madre en coprotagonista de la Pasión y en un elemento mediador para la comprensión emocional del Misterio de la Salvación.

Los Siete Dolores de la Virgen

Los tratados y estudios sobre estos temas de Pasión se han ocupado de los dolores de la Virgen llegándolos a fijar, fundamentalmente, en siete, aunque no estén unificados los criterios de cuáles son esos siete dolores. Para algunos eran sólo momentos y escenas de la Pasión, mientras que para otros se repartían a lo largo de la vida de la Virgen e infancia y vida pública de Cristo. Trens apunta la posibilidad de que contribuyera a fijarlos en el número siete el Oficio Divino o Breviario con sus siete horas canónicas, según se desprende de un manuscrito del siglo XIV. En Maitines y Laudes se conmemoraba el prendimiento de Jesús; en Prima, el interrogatorio; en Tercia, la flagelación; en Sexta, Jesús en la Cruz a cuestas; en Nona, la Crucifixión; en Vísperas, el Descendimiento, y en Completas, el enterramiento.

Desde finales del XV era casi costumbre ya la devoción a los siete dolores, a los que correspondían simétricamente los siete gozos o alegrías de la Virgen. Trens, a quien seguimos en este análisis, afirma que San Vicente Ferrer, en la fiesta de la Navidad de la Virgen, predicó un sermón muy curioso y apretado, acerca de los siete dolores y gozos de la Madre de Dios, señalando un aspecto alegre y otro triste en la Encarnación, en la Resurrección y Ascensión a los Cielos, en la Pentecostés y en la Asunción de la Virgen. Quedaron por fin litúrgicamente instituidas las fiestas de los siete dolores de la Virgen, en las que se recuerda y se hace hincapié en los sufrimientos de María al pie de la Cruz.

Faroles de los Dolores (Hdad. de la Dolorosa)
Se funda, tal y como la crítica ha recogido, por el secretario de Carlos V, Juan Condenberghe, una cofradía o Hermandad de los Siete Dolores de María, siendo los papas Alejandro VI y León X los que dieron su aprobación. La hermandad, fundada en Holanda, se extendió por todos los Países Bajos y europeos, y pronto los escritos y comentarios piadosos sobre esta devoción alcanzaron una extraordinaria difusión.

La concreción de los pasajes de la vida de Cristo y de la Virgen, referidos a los siete dolores, dio lugar a cinco grupos diferentes y simultáneos en el tiempo. El primero -según Trens- se limitaba a los sufrimientos experimentados por la Virgen en la Pasión de su Hijo, y eran los siguientes:
  • El primer grupo: 1°, Jesús se despide de su Madre antes de iniciar su Pasión; 2º Jesús, coronado de espinas, es presentado al pueblo; 3°, Jesús es clavado en la Cruz; 4°, Jesús recibe como bebida la hiel; 5°, Jesús se lamenta del abandono de su Padre; 6°, la muerte de Jesús; 7°, Jesús difunto en brazos de María.
  • El segundo grupo lo integran: 1°, la Circuncisión; 2°, la huida a Egipto; 3°, Jesús perdido en el Templo; 4°, María encuentra en el camino del Calvario a su Hijo; 5°, Jesús es clavado en la Cruz; 6°, el Descendimiento; 7°, la sepultura de Jesús.
  • En el tercer grupo: 1°, la profecía de Simeón; 2°, la huida a Egipto; 3°, Jesús perdido en el Templo; 4°, el prendimiento de Jesús; 5°, María encuentra a su Hijo con la Cruz a cuestas; 6°, Jesús clavado en la Cruz; 7°, el Descendimiento. (Hay pocas diferencias con lo anterior.)
  • El cuarto grupo contiene: 1°, la huida a Egipto; 2°, Jesús perdido en el Templo; 3°, el prendimiento de Jesús; 4°, encuentro de María y Jesús cargado con la Cruz; 5°, Jesús clavado en la Cruz; 6º , la muerte de Jesús; 7°, la sepultura.
  • Finalmente, el quinto grupo está integrado por: 1°, la profecía de Simeón; 2°, la huida a Egipto; 3°, Jesús perdido en el Templo; 4°, encuentro de María y Jesús en el camino del Calvario; 5°, la Crucifixión; 6°, Descendimiento de la Cruz; 7º, sepultura de Jesús.
Estandartes de los Siete Dolores (Cong. de Esclavas)
Este último parece que fue el que prevaleció sobre los demás y es el más repetido en las representaciones que de conjunto se hicieron, en pintura y grabado, a todo lo largo del XVII y XVIII. Son éstos los dolores que se conmemoran en la Corona de Dolores, impulsados por los servitas, y además los que figuran en el Breviario Romano y con abundancia en los himnos de los Dolores de María, tan extendidos a partir del siglo XV.


Primer Dolor: La Profecía de Simeón (Lc 2:22-35)

La Virgen María llevo a Jesús al Templo, según exigía la tradición, de que todos los recién nacidos deberían recibir la bendición de Dios en el Templo. Allí, el viejo sacerdote Simeón sostuvo al bebe Jesús en sus brazos, mientras el Espíritu Santo inundaba su corazón. Simeón reconoció a Jesús como el Salvador prometido y lo levanto hacia el cielo, dando gracias a Dios, por concederle haber vivido lo suficiente para contemplar al Mesías. "Ahora tu siervo puede morir en paz, mi Señor", dijo. Entonces mirando a María proclamo: " Y a ti, mujer, una espada de dolor te atravesara el corazón por los sufrimientos que tu Hijo padecerá".

Segundo Dolor: La huida a Egipto (Mt 2:13-15)

Poco después del nacimiento de Jesús un ángel se le apareció en sueños a San José y le dijo: "Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.". De esta forma San José se lo dijo a la Virgen María que apenas tuvo tiempo para decidir que dejar y que llevarse; tomo al niño en sus brazos y dejo atrás todo lo demás.


Tercer Dolor: Jesús perdido en el Templo (Lc 2:41-52)

La Virgen María y San José iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Al regresar de Jerusalén, el niño Jesús, que ya tenía 12 años, se quedó en la ciudad, sin que lo advirtiesen sus padres. La Virgen María y San José suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, y como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en su busca. Así, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas. Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira cómo tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.

Cuarto Dolor: María se encuentra con Jesús camino al Calvario (Lc23:27-31)

La tradición dice que María vio a Jesús cargando solo la pesada cruz: la cruz con la que seria crucificado. Esto no la sorprendió porque ella sabía de la cercana muerte de Nuestro Señor. Notando como su hijo se estaba debilitando por los numerosos azotes recibidos, se lleno de angustia al ver su dolor.


Faroles de los Dolores (Cof. del Prendimiento)
Quinto Dolor: María permanece al pie de la cruz (Jn 19:25-27)

La Santa Virgen María continuó ascendiendo la montaña hasta el Calvario, siguiendo a Jesús con fatiga y con dolor, no obstante, sufría en silencio. Ella lo vio resbalar y caerse varias veces con la cruz, y fue testigo de los golpes que recibió su Hijo por parte de los soldados. Los soldados crucificaron a Jesús y allí padeció tres horas de tortura clavado en la cruz, estando su Madre a sus pies.

Sexto Dolor: María recibe el cuerpo sin vida de Jesús en sus brazos (Jn 19:38-40)

Los amigos de Jesús, José y Nicodemo, bajaron su cuerpo de la cruz y lo colocaron en brazos de la Virgen. Ella lo lavo con profundo respeto y amor porque era su Madre. Sabia mejor que nadie que Él era Dios encarnado, que había tomado un cuerpo humano, para convertirse en el Salvador de la humanidad.


Séptimo Dolor: Jesus es colocado en la tumba (Juan 19:41-42)

Nuestra Madre Dolorosa, con la ayuda de Juan y las santas mujeres, colocaron con devoción el cuerpo de Jesús en el sepulcro, y lo dejaron allí como si fuera cualquier muerto. Se fue a su casa con grande y terrible dolor; por primera vez estaba sola, sin Él, y su soledad era una nueva y amarga fuente de dolor.

La predicación de los Siete Dolores

La Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores tiene en los siete puñales clavados en el corazón el símbolo por el cual se le identifica y reconoce. Forman parte de su anagrama junto a la leyenda “Mater Dolorosa, ora pro nobis” y figuran en sus símbolos representativos, el estandarte y en la medalla de los hermanos, así como en los reposteros que van marcando la predicación pública de los Siete Dolores, hecho que comienza a realizarse en 1941 durante el recorrido de la procesión del Miércoles Santo. Esos tapices son confeccionados en 1959 colocándose en los balcones desde donde se realiza su predicación. Un año antes se comenzó a instalar megafonía en dichos balcones para facilitar la audición de los mismos.

Estandartes de los Siete Dolores (Cong. de Esclavas)
Hasta 1978 la predicación de los Siete Dolores se realizaba tras la celebración del Encuentro con la Cofradía de Jesús Camino del Calvario. Entre 1979 y 1984 pasaron a predicarse en el trayecto hacia ese acto. 1985, 1986 y 1987 supusieron el retorno a su realización anterior, para, a partir de 1988 oír los cinco primeros “Dolores” camino del Encuentro y los dos últimos retornando a San Cayetano, en cuyas puertas, y antes de entonar la Salve Regina de despedida, los cofrades de la Dolorosa y el público asistente reflexionan sobre la Muerte y la Sepultura. Estas reflexiones, a partir de 1981 son leídas por cofrades de la Hermandad.

Por su parte, la Real Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios realizaba desde finales de los años 50, y hasta mediados de los ochenta la Procesión de los Dolores de la Virgen, por las calles del Barrio del Gancho. Las predicaciones se realizaban en las calles de Predicadores, Pza. Santo Domingo, San Blas, San Pablo y su plaza y la antigua calle de Escuelas Pías, hoy Cesar Augusto, hasta nuestra Iglesia de Sto. Tomás de Aquino y vuelta al Colegio. Por aquel entonces, la Cofradía no disponía de atributos distintivos de esos siete Dolores por lo que acompañaba al predicador con dos de los faroles de custodia del paso de la Virgen.

En 2005 la junta que preside el anterior Hno. Mayor, Cesar Dorel Bruscas, decide recuperar el Domingo de Ramos la procesión de los Dolores, independiente de la del Prendimiento del Jueves Santo. Los faroles acompañan a las predicaciones de los Dolores desde el colegio Pompiliano de las MM. Escolapias de la calle Arzobispo Morcillo, lugar de comienzo de la procesión, hasta finalizar en nuestra Iglesia de Sto. Tomás de Aquino en la calle Cesar Augusto.

Por último, la Congregación de Esclavas de María Santísima de los Dolores celebra desde el sábado anterior a cada Viernes de Dolores un Septenario en honor a los Siete Dolores de la Virgen. De este modo, cada uno de los siete días del Septenario está dedicado a cada uno de los Siete Dolores de María Santísima.

Faroles de los Dolores (Cof. del Prendimiento)
Los faroles de los Siete Dolores

En nuestra ciudad dos son las Cofradías que procesionan faroles alusivos a los Siete Dolores de Nuestra Señora, se tratan de la Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores y de la Real Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios. Por otro lado, la Congregación de Esclavas de María Santísima de los Dolores posee siete valiosos estandartes que representan los Siete Dolores de la Virgen.

La Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores estrenó en 1963 los siete faroles de los “Dolores”, siendo Decano don Manuel Coyne Buil y pagados mediante la participación de siete hermanos y la junta directiva. Fueron construidos, como el resto de atributos y la carroza de esta Hermandad, en los talleres del cofrade don Rogelio Quintana Aragonés. Son de metal plateado y tienen forma de prisma cuadrangular con lados de cristal esmerilado con adornos y la inscripción del número del Dolor. La anchura de los lados es de 19 cm. En su extremo superior destaca el anagrama de la Hermandad. Miden 2,40 m de altura. Su coste fue de 21.000 pts, que fueron abonadas por D.Valentín Ortíz de Urbina, D. Jesús Vicente Alcrudo, D. José Pomar Navarro, D. Mario Guindín Sanjuán, D. Vicente Gracia Hernández, un hermano anónimo y la Junta de Gobierno.

Por su parte, en 2002 la Real Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios encarga a los talleres de orfebrería Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava (Ciudad Real) la construcción de los faroles representativos de los siete Dolores, inspirados en los bocetos realizados por los hermanos Albareda en 1947 para la construcción del Guión y los faroles cabeceros. Son de estilo neobarroco, chapados en oro, con forma de cruz griega con una corona que rodea sus cuatro brazos iguales. En su parte central , y en cristal, esta impreso el escudo de la cofradía compuesto por los anagramas de Ave Maria, los caracteres griegos típicos escolapios MP-ФY(Madre de Dios) y el corazón rojo atravesado por siete puñales representando esos mismos siete Dolores. Sus varas son de madera de olivo lisa con ornamentos repujados en oro en su parte central y extremos. Su iluminación se realiza por medio de velas de parafina. Fueron bendecidos para salir en la procesión del Jueves Santo de 2003 y no alcanzaron su verdadero protagonismo hasta el Domingo de Ramos del 2005 cuando se recuperó la procesión de los Dolores.

Boceto de los faroles (Cof. del Prendimiento)
Por último, la Congregación de Esclavas de María Santísima de los Dolores posee desde 1867 siete estandartes. Cada uno de estos estandartes fueron confeccionados en terciopelo negro y sobrepuestos en seda morada, flecos dorados y bordados florales rodeando el espacio central destinado al lienzo, de forma ovalada. Estos siete lienzos fueron pintados al óleo por los artistas locales: don Bernardino Montañes, pintor; don Marcelino de Unceta, pintor; don Franciso Simó, presbítero, director del Real Seminario de San Carlos; don Demetrio Roncales, presbítero, párroco de Utebo; don Eduardo López del Plano, pintor; don Julián Elola, pintor; don Mariano Miguel, pintor.

Referencias


http://www.sorrowfulmother.net/rosario-de-los-7-dolores-de-la-santisima-virgen-maria.html
http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0716.html
Libro 75 participaciones de la hermandad en los actos de la semana santa zaragozana-reflexiones teológicas e históricas. 1938-2012, de Bernardino Lumbreras Artigas (médico y teólogo) y Jorge Gracia Pastor.
“María en la Pasión”, Dr Fermín Labarga García. Ponencia del libro “La Virgen y la Pasión”, V Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa.

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